IMPORTANTE: He transportado
*BAJO EL VOLCÁN* a Blogspot. Allí hay una reproducción de todas las entradas de este blog, con sus comentarios y, por supuesto, entradas nuevas. En unos momentos serás redireccionado automáticamente a la portada en la nueva ubicación; pero si no funciona, puedes clicar aquí:
*BAJO EL VOLCÁN* (BLOGSPOT).
Si quieres seguir leyendo esta entrada,
ésta es ahora su nueva dirección.
Si eres un visitante habitual, recuerda actualizar tus favoritos y tus feeds, si me tenías enlazado en tu página (gracias), te agradecería cambiarme a la nueva dirección.
* * *
Volvemos sobre el tema de las caras de Bélmez. Los que sean aficionados conocerán un pequeño mito muy extendido sobre la más emblemática de las "teleplastias".
Breve historia de "La Pava"
Según nos informan (es un decir) en muchas páginas de misterio, es la segunda "teleplastia" en aparecer en 1971, en el fogón de María Gómez Cámara en "la casa de las caras". Al poco tiempo, unos obreros ayudados por el hijo de María, Miguel Pereira, picaron la imagen y la colocaron en una hornacina en la pared. Las malas lenguas dicen que la protegieron con un cristal porque si le pasabas el dedo se te manchaba de pintura. Fue en esta cara donde
José Luis Jordán Peña identificó hasta el calibre de las cerdas del pincel con que la pintaron.
Y aquí empieza la leyenda: según podemos leer en muchos sitios todavía (como
aquí o
aquí) y escuchar en programas de radio del ramo, la famosa cara se ha ido desplazando lentamente durante años, perdiendo su posición centrada y aparentando querer acercarse a su antigua ubicación en el fogón de la casa. Asombroso, pero ¿es cierto?
Basta comparar fotos de los años 70 con las actuales para comprobar que la cara nunca estuvo centrada y sigue estando donde siempre.
Ya lo sé, soy un aguafiestas; pero si es la verdad... qué le vamos a hacer.