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Es famosa esta frase atribuida al
Quijote en la que se lee una crítica a la Iglesia.
En realidad Cervantes nunca la escribió así, ni tampoco la dotó de contenido anticlerical. Dice don Quijote en el capítulo IX de la
Segunda parte: "Con la iglesia hemos dado, Sancho."; pero nuestros protagonistas están buscando por la noche el alcázar en que se supone está Dulcinea y se han confundido en la distancia con la silueta de la iglesia del pueblo del Toboso, que reconocen en ese momento al acercarse.
La interpretación anticlerical vino con los comentarios decimonónicos, que tanta confusión han aportado al estudio del
Quijote. No hay en el contexto de esa frase motivos para suponer una crítica a la Iglesia con mayúscula.
Lo cual no quiere decir que la expresión sea incorrecta, o que se deba dejar de usar, claro. El nuevo es un significado que se ha incorporado a la cultura popular. Baste con conocer esta curiosidad.
—Hallemos primero una por una el alcázar —replicó don Quijote—; que entonces yo te diré, Sancho, lo que será bien que hagamos, y advierte, Sancho, que yo veo poco, o que aquel bulto grande y sombra que desde aquí se descubre, la debe de hacer el palacio de Dulcinea.
—Pues guíe vuestra merced —respondió Sancho—; quizá será así: aunque yo lo veré con los ojos y lo tocaré con las manos, y así lo creeré yo como creer que es ahora de día.
Guió don Quijote, y habiendo andado como docientos pasos, dio con el bulto que hacia la sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia principal del pueblo. Y dijo:
—Con la iglesia hemos dado, Sancho.
—Ya lo veo —respondió Sancho—, y plega a Dios que no demos con nuestra sepultura; que no es buena señal andar por los cimenterios a tales horas, y más habiendo yo dicho a vuestra merced, si mal no acuerdo, que la casa desta señora ha de estar en una callejuela sin salida.
Segunda parte del Ingenioso Caballero don Quijote de la Mancha, Cap. IX